
Te veré venir.
Andar. De lejos pasear,
cruzando las alegres veredas de los parques.
Te veré subir,
bajar mi calle,
acercarte a mi portal y llamar.
Te veré llegar a mi casa,
abrir todas las puertas,
descorrer uno a uno los cerrojos que me aislaban
Te propondré morir conmigo cada noche,
renacer cada mañana,
esperar en silencio el sol de media tarde
y amarnos después en cada frase inacabada.